miércoles, enero 3

Mito nº 4: Si Catalunya se independiza su PIB caerá drásticamente

Los que hacen esta hipótesis se basan en muchos de los mitos que hemos visto hasta ahora pero básicamente los podemos resumir en tres puntos:

1)    Boicot comercial de España a Catalunya
2)    Aparición de fronteras y aranceles
3)    Huída de empresas y freno a las inversiones privadas en Catalunya


Análisis del posible boicot comercial

El Col.lectiu Wilson formado por varios economistas catalanes de renombre internacional, en su comunicado “Dos más dos son mil. Los efectos comerciales de la independencia”, calculan la posible pérdida de PIB catalán por efectos del boicot comercial entre un 1.4% y 2%.



Análisis de la caída del PIB catalán por aparición de fronteras y aranceles

Ya hemos visto en el mito de que Catalunya saldría de la UE que a nadie (ni a Catalunya, ni a España, ni a la propia UE) le interesa este escenario. Así y todo, vamos a analizar qué sucedería en el PIB catalán si esto se produciera.

Rodríguez Mora ha realizado un interesante estudio, Measuring Costs and Benefits of Independence, para evaluar la eventual caída del PIB catalán ante la aparición de fronteras. Para ello han utilizado un modelo de simulación llamado Melitz, calibrado para tres países: España, Catalunya y el resto del mundo, y también España, Portugal y el resto del mundo, para poder comparar así los efectos que tendría la aparición de fronteras en Catalunya (el llamado “border effect”) basándose en el comportamiento de Portugal.

Los resultados son que, obviando el déficit fiscal actual, Catalunya perdería entre el 9 y 11% de su PIB, pero, teniendo en cuenta las ganancias lógicas al detenerse la transferencia de renta vía impuestos de Catalunya a España, la pérdida sería de entre 0.7% y 2.5%, mientras que para España se situaría en el -4%.

Sin embargo, este estudio parte de la base de equiparar la situación de Portugal con Catalunya. Xavier Sala i Martin en su artículo Caurà el comerç entre Catalunya i Espanya en cas d'independència?, explica el efecto conocido como “home bias” (sesgo que nos lleva a comercializar más con los de “casa”), efecto está basado en la existencia de fronteras, aranceles y redes de contactos así como en el idioma, amén de otras circunstancias todavía no identificados. En todos esos casos, la situación de Catalunya y Portugal son totalmente diferentes como explica el economista catalán (en la situación de partida de Catalunya con España no hay fronteras, las redes comerciales ya están creadas y el idioma compartido).

Por tanto, por muy correcto que fuera el proceso aplicado por Rodríguez Mora, al partir de supuesto incorrectos difícilmente se puede dar validez a sus resultados. Además, Pol Antràs en su post “La desagradable (pero errónea) aritmética de la independencia: respuesta a la entrada de José Vicente Rodríguez Mora”, destaca que según el modelo de Rodríguez Mora, el comercio catalán con España caería un -80%, supuesto que a ojos de cualquiera parecería exagerado. En todo caso, mientras que el efecto de eliminación del déficit fiscal sería inmediato, la reducción del comercio con España sería un proceso más lento, muy problablemente compensado en parte por una reorientación de las empresas catalanas hacia la exportación, exactamente lo que sucedió con el sector del cava cuando sufrieron el boicot comercial.

El profesor de IESE Pankaj Gemawhat, en un artículo de La Vanguardia, también defiende un gran descenso del PIB catalán, en este caso comparando la situación a la separación entre la República Checa y Eslovaquia donde el comercio entre ellos descendió en un -75%. Lo que olvida citar el profesor Gemawhat es que paralelamente ambos países incrementaron el ratio de sus exportaciones sobre el PIB en un +52% y +59% respectivamente, y que desde el año de su separación hasta la actualidad el PIB per cápita de la República checa casi se ha doblado pasando de 13.000 $ a 23.400 $, cuando en la UE pasó aproximadamente de 17.000 € a 28.300 €.



“Si Catalunya se independiza muchas empresas multinacionales y españolas se irán y no vendrán nuevas inversiones”

Deslocalizar una empresa tiene unos altos costes por lo que la “huída de empresas” sólo sucedería en caso de que las pérdidas por quedarse fueran mayores, situación que sólo se daría con la aparición de barreras arancelarias, escenario como se ha demostrado muy poco probable.

De nuevo, sería menos costoso para estas empresas presionar a sus países para que aceptaran a Catalunya en la UE o firmaran acuerdos bilaterales de libre circulación de mercaderías, que no mover todas sus fábricas e inversiones.


Por otro lado, la decisión de invertir o no en un país no depende de su tamaño sino de las facilidades y entorno económico que éste ofrezca. En una Catalunya independiente, los recursos de más obtenidos por la eliminación del déficit fiscal permitirían sin duda mejorar estos factores para incluso atraer mayores inversiones que en la situación actual.



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