El sistema de pensiones español es el de “reparto”,
es decir se basa en la “caja única”: cada año las cotizaciones de los
trabajadores en activo van a parar a una caja con la que se paga las pensiones
que ese mismo año reciben los jubilados y demás pensionistas. Es decir, en una
Catalunya independiente el pago de las pensiones se haría con el dinero
recaudado ese mismo año entre los trabajadores catalanes. Por tanto, estarían
totalmente aseguradas.
Elisenda Paluzie de la Universitat de Barcelona y
Guadalupe Souto de la UAB, en su estudio La
Balança Fiscal del sistema de Seguretat Social català amb l’administració
central, demuestran que a lo largo del periodo 2004-2007, el saldo de la Seguridad Social
catalana con el Estado se mantuvo entre el 1.51% del PIB y el 1.97%. Es decir, cada
año los trabajadores catalanes aportan a los pensionistas del resto de España entre
2.400 y 3.600 millones de euros (según el año y el método de cálculo).
Es verdad, sin embargo, que este superávit de la
“caja catalana” se producía en épocas de bonanza económica y que, en la actual
situación, Catalunya dispone de un déficit… pero igual que la mayor parte de
las CC.AA. (p.e. en el 2010, la seguridad social en Catalunya tuvo un déficit
de 2.142 mios €, mientras que el total España fue de 26.317 mios €. Es decir
tan sólo un 8% mientras que la población catalana representa un 16%).
Los datos más recientes que son del 2011 muestran
que para Catalunya este déficit fue de 1.371
mios €, es decir aproximadamente un 0.7% del PIB, algo totalmente asumible
si lo comparamos con el 8% de déficit fiscal que tenemos con España. Sin
olvidar que, cuando volviera el crecimiento y se redujera el paro, también
volvería a existir un superávit en la Seguridad Social
(como hemos visto antes entre 2.400 y 3.600 mios € que servirían para asegurar
las pensiones futuras de los jubilados catalanes).
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